Memoria del Sueño

Cosas que decir y no se puden pronunciar (Carlos Jesús Márquez)

La encontraron muerta esa tarde de abril en la casa junto a la huerta de la avenida Brasil. Había sido ahorcada con una soga, luego abandonada vestida con su toga.

Toda la policía llegó e hizo averiguaciones. Me interrogó el jefe de las unidad de investigaciones. Le dije la verdad, que no sabia quien era. No era mi amistad, era cualquiera. Yo sólo había pasado para irme al hospital. Y esto me ha enseñado que de todos se piensa mal.

El cuerpo de la víctima no tiene quien lo reconozca y se vuelve intima con las moscas. Olvidada en un rincón de la morgue se encuentra, no hay lugar de refrigeración para quien ahi se adentra. Sería una gran idea tirarla a la fosa común y dejarla que se embarre con oscuro betún. Pero su muerte no esta esclarecida y el nombrede su mala suerte tampoco es conocida.

Esta mañana fría, los periódicos dicen que se suicidó pero su nombre nisiquiera se supo. Y es que se le olvidó dejar una carta y de eso yo me ocupo. Trataré de averiguar por qué se mató, de salir y hallar la cuerda que la ató.

Han pasado semanas y no he conseguido su última nota. Creo que han sido tareas vanas las que hoy tanto me agotan. No está el papel que escribió esa noche luegó de probar miel y encender su coche, para luego irse al mar y ver el último ocaso, Ella no debia allí estar. Pero, por si acaso, yo me encargué de que no viera al sol y su último brillo. Y es que la nota yo me la llevé y la dejé en mi bolsillo.