Memoria del Sueño

Cosas que decir y no se puden pronunciar (Carlos Jesús Márquez)

22/03/08

Ya no lucha

Ella era maga y su mirada me dejó encantado. Yo quise participar en su acto mas no me había dado cuenta que ya estaba hipnotizado. No hubieron palabras, bastó que sus pupilas se clavaran en las mías y sin querer empezaba la función de fantasía. Su mirada me atrajo cuando la vi desde muy abajo; sus ojos, de oscuridad marcados, me fascinaban cuales dulces bocados.

Tan alegre, tan divertida, mas no querida. Bajo esa sonrisa se esconde un pesar, que traté de aliviar. Poco a poco me acerqué a ella, conversando en las noches de una estrella, platicando de por qué no estas acompañada desde la medianoche hasta la madrugada.

Dejé de mirarla desde lejos para acercarme y dar consejos, brindarle ayuda en una mano extendida y mi hombro para que quede en él dormida.Quería que descanses a mi lado y vivamos sin mirar hacia el pasado, dejando mucho atrás, ella, yo y nadie más. Pero no pude alejarla de todo, y fue que de ese modo que ella encontró compañía en otro lugar, y sin darme cuenta ella caminó hacia el mar.

En esas aguas encontró abundancia, tesoros y más ganancias; en esa inmensidad, ella encontró más que amistad. Ella se quedó ahí, sin perro que le ladre, y yo aquí, con mi corazón que se abre cuando la veo navegar en las aguas profundas anhelando que su balsa se hunda para poderla rescatar y volver empezar a luchar.

Mucho tiempo ha pasado y hacia el mar he mirado, espero verte naufragante, pero no apareces en ningún instante. Será que has cambiado, que la felicidad has encontrado, que llenaste ese vacío, aunque no sea con el cariño mío. Ojalá lo hayas hecho, yo todavía camino derecho pensando en los momentos que casi fuiste mía y también en el porqué nunca te dije que te quería.